viernes, 16 de mayo de 2014

35% loaded

A veces dejar ir es dejarnos ir a nosotros mismos, a veces la única relación con la que tenemos que terminar es la que tenemos con nuestras viejas creencias.
En definitiva vivir es mutar constantemente, siempre somos los mismos, pero diferentes. Agregamos y quitamos aunque el envase sea el mismo, es imposible agregar sin quitar. Rebalsaríamos.

Mi nueva yo esta desprendiéndose a paso de caracol de viejas creencias, de viejos patrones, de cosas que no me sirven y sólo atraen más de lo mismo. Es más difícil de lo que creemos eliminar obsesiones, porque significa reconocer que las tenemos, y eso duele.
Es más fácil decirle al otro que las tiene, pero si las tiene es porque nosotros también. Atraemos lo que somos y lo que vibramos. Nunca podemos pedirle al otro que cambie si nosotros no estamos dispuestos a cambiar; que suelte, si no estamos dispuestos a soltar, que ame, si nosotros no éramos capaces de amarnos.

Algo en mí murió, venció su plazo, se está yendo. La incomodidad ya no me resulta tan incómoda. Fumar menos, llegar a horario, sentirme estable, querer con intención y no con expectativa. Todo cuesta, pero no es imposible.
Me celebro por querer cambiar conscientemente, me celebro por intentar.
Celebro querer tenerme para poder darme!