martes, 15 de marzo de 2016

Hi 5

De los terribles dos a los increíbles cinco.
De no saber nada a seguir sin saber nada y aprender minuto a minuto.
De 'te necesito para todo' a 'listo, déjame solita'.

El tiempo y su relatividad. El saber que es poco tiempo y sin embargo mi vida cambió por completo de cinco años para acá.
La experiencia de ser madre sólo puede ser comprendida en su totalidad por otras madres, no hay vuelta que darle. No se le puede explicar a alguien que no pudiste dormir en toda la noche porque el pequeño tenía fiebre, tampoco es muy entendible que no te moleste todas las veces que te vomitó encima cuando largaba el famoso provechito después de tomar la mamadera.
No podes explicar la emoción que sentiste la primera vez que lo miraste a los ojos y te diste cuenta que en realidad nunca nada en el mundo iba a ser igual, porque ahora habias traído luz al universo.
Tampoco se puede explicar que llore mientras recuerdo esto y me emocione. Nunca jamás van a poder entender que nos pase todo esto.
A veces ni yo puedo.

El tiempo se divide entre las veces que tenés ganas de venderlos a buen precio y las que te sentís plenamente orgulloso del ser que estas educando y que no solo adoptan lo que vos les enseñas sino que son muchas las veces que ellos te enseñan a vos.
No se puede medir todo lo que me enseña esta pececita todos los días de mi vida, no se puede medir tampoco el amor que nos tenemos ambas. No alcanzaría el universo.

Si me preguntabas un día como hoy qué iba a hacer al día siguiente, no se me hubiese ocurrido decirte que me iba a convertir en madre. Y sin embargo así fue.
Mañana es el cumpleaños número cinco de ambas, de ella como hija y el mío como madre.
Voy a recordar (más que de costumbre) lo que se sintió verla por primera vez. Voy agradecerle al universo por elegirnos a ambas acompañarnos en esta vida.

Felices cinco, Juana Pez. 🐟