miércoles, 9 de julio de 2014

Grande

Claramente mis planes que tenía a los ocho no coinciden con lo que estoy viviendo hoy a los (almost) veinticuatro.
O tal vez sí, tampoco recuerdo perfectamente qué quería a los ocho. Seguramente quería ser la novia de alguien y ahora con veinticuatro soy la novia de alguien. Eso se dio bien. Lo demás no.
Me pregunto todos los días cómo puede ser que haya pasado tanto tiempo sin saber lo que quería, y a veces me cuestiono si lo que quiero es lo que realmente quiero o no.

Al menos hoy sé en qué cosas soy buena y en qué cosas no, al menos hoy intento y trato de enfrentar el proceso sin caer en expectativas inalcanzables esperando que se cumplan en veinticuatro horas.
Hoy sé que no puedo cumplir un sueño si no trabajo por ese sueño, que no puedo esperar que los demás adivinen qué es lo que estoy pensando y que tengo que transmitir específicamente lo que me está pasando. Hoy sé que tengo que aprender a aceptar mis intensidades y quererlas porque soy intensa, sin caer en querer controlar todo y aprender a soltar. Hoy sé que puedo crear cosas geniales si creo en mí y trabajo duro para hacerlas realidad. Hoy soy más decidida porque no-decidir es no tomar responsabilidad de lo que uno realmente quiere. Hoy trato de buscar soluciones respetando mis tiempos, sin dejarme caer en el lugar de creer que todo está mal ni haciendo todo al tiempo de los demás.
Hoy soy un poco más feliz que en mi cumpleaños anterior porque ya no tengo que fingir nada que no quiera.
Hoy me quiero un poco más y me valoro más y por lo tanto quiero más a las personas que me acompañan y las valoro porque es importante que me sean parte este proceso.
Hoy he perdido mucho y tengo la oportunidad de empezar de cero con todo esto que aprendí y escribir mi historia como yo quiera.
Hoy siento que no tengo nada y a la vez soy la dueña del mundo.
Hoy me siento más feliz que la mierda por atreverme a empezar desde cero.

Se podría decir que estoy grande. Sí, grande.