martes, 24 de mayo de 2016

Confessions

Me gusta mucho el té con leche y sobre todo si va acompañado de un rico cheesecake.
Me gusta la coca bien fría aunque siempre la reemplazo por la coca light.
De chica mi comida preferida era milanesa con puré. Hoy mi comida preferida es pizza.
No me gusta el sushi por más que me obligué más de una vez a comerlo.
No sé nada de vinos ni de carnes.
Me gusta el vino blanco bien dulce, el champagne y mucho mucho el campari.
No como casi nada de chocolates, me importa poco si estamos en invierno.
No tomo café y tampoco quiero hacerlo.
Me gustan las empanadas de carne que cocina mi amiga Maru.
Me gusta también el guacamole que prepara.
Mis gustos de helado son super simples pero siempre voy a preferir tomar un Melona.
Me gusta comer sandía en verano en cualquier momento del día.
Me gusta mucho el verano en sí aunque de chica prefería el invierno.
Me gusta la cerveza de estación que sirven en Antares.
Creo que mi golosina preferida son los nerds violetas y rosas. También los gummy bears.
Me gusta ponerme medias de colores y tambien remeras con estampas divertidas.
Me gustan las camisas y los zapatos. Ni hablar los vestidos.
Me gusta mi pelo y lo detesto al mismo tiempo.
Me gusta mucho cantar y bailar sin importar día ni hora.
Me gusta que a mi hija también le guste hacerlo.
No me gusta comprar zapatillas ni jeans.
Me gusta caminar y andar en bici.
Me gusta que me hagan reír.
Me gusta pasear.
Tengo un problema con las plant de mis pies pero sin embargo me parecen super lindos.
No me gusta ir al médico y siempre pospongo las citas.
Uno de mis libros preferidos es Tokio Blues, de Murakami.
Me molesta que se me salte el esmalte.
Me gusta generar calma en la gente.
A veces me gusta más el río y la montaña que el mar.
No sé nada de autos pero quiero uno.
Me gustan los perros y también los gatos.
Siempre suelo mostrarle a las personas primero mi parte más chota y luego la más hermosa. Debe ser un filtro.
Soy paciente si siento que debo serlo.
Me gusta besar y que rápidamente me den ganas de ir a la cama.
Me quiero volver a casar y tener otro hijo. Definitivamente quiero volver a formar una familia.
Me gusta mucho hacer karaoke aunque este borracha y no se me entienda nada.
Me gusta que Rick mate zombies.
Me gusta comprar maquillaje.
Me gusta vestirme linda para que me pasen a buscar.
Me gusta que me manoseen mientras preparo el desayuno o el almuerzo.
Me gusta pelear para despues reconciliarme.

Miré tanto tiempo para adentro que ahora puedo decir qué me gusta y qué no. Qué quiero y que no.
Y eso me gusta más que todo demás.

martes, 17 de mayo de 2016

Tu cicatriz en mí

Cuando los ciclos acaban, otros comienzan en simultáneo. Las cosas van desarrollandose de la manera que deben y no de otra.
No existe una manera distinta, pasan como deben pasar.
Desde doblarte el pie en la calle, hasta romper con la persona que amabas. Ambas cosas deben suceder y en este caso el 'if' queda fuera de nuestro alcance.
No podemos volver atrás y modificar actitudes propias y mucho menos ajenas.
Lo único modificable son nuestras acciones de ahora en más. Nuestro pasado nos hizo quienes somos pero no nos ata a seguir siendo de la misma forma, así como nuestro cerebro tiene plasticidad que hace que pueda seguir expandiendose e incorporando nuevas ideas nosotros somos capaces de modificar todo aquello que fuimos, sino no aprenderíamos nunca. Y sin embargo cada experiencia nos modifica.
Tengo a veces un modo muy particular de aislar a las personas o herirlas por miedo a que esas personas me hieran a mí primero. Si le preguntaramos a mi yo de 17 años te diría que no sabe aislar ni lastimar, sino que siempre que conoce a alguien entrega por completo quien es, para bien o para mal. Con los años eso cambió porque las experiencias nos cambian para bien y también para mal.
Hay heridas que son tan profundas que en la superficialidad son imperceptibles, pero están ahí. Y cuando alguien quiera ver un poco más allá, inmediatamente desarrollamos un modo defensivo que impide que no sólo vean la herida sino que tampoco puedan herirnos de ahora en más. Nunca más.
Y así pasan los días y los meses y cuando nos empezamos a plantear los problemas nos damos cuenta que el principal está en esa coraza irrompible que desarrollamos, ya que no sólo impide que nos hieran, sino que también nos conozcan.
Y la pelea constante en el querer empezar algo y simplemente limitarnos a que ya venimos así y no podemos ser modificados.
Cuánto tiempo más vamos a tapar esa herida y meternos en el caparazón solo porque es tan grande que sólo el hecho de mirarla, duele.
No sólo debemos mirarla, sino que también debemos curarla hasta que cicatrice y sea apenas una marca más de las tantas que tenemos y vamos a tener.
Que tome aire, que cicatrice, que cure. Que sanemos.

Con paciencia y amor todos podemos curarnos, pero es momento que simplemente nos rindamos al momento y al trabajo de hacerlo.