miércoles, 16 de noviembre de 2016

Long road to...

Mientras pedíamos un almuerzo rápido en el Boston y hablábamos de mudanzas y reuniones de fin de año decidí que tenía que ser la primer persona a la que le contara lo que estaba pasando por mi mente y mi cuerpo. No podía soportar tener tanta información y debía compartirla con alguien. La elegí a ella.
Le dije que desde el principio sospeché que algo iba a pasar ya que no es común sentir conexión con alguien apenas lo conocés, sabía su nombre y su edad y había visto su cara en fotos pero podía ser tranquilamente una persona completamente olvidable, pero eso no fué así. Y lo que me costaba con otros, con él ya no.
Ese día sentí y proyecté, pero nada pasó como mi cabeza lo había planeado, y mucho menos la última vez.
Creí que quizás ya no iba sentir nada, crei que simplemente iba a rechazarlo y pasar a otro tema, pero no fue así. Mi cuerpo siente un temblor imperceptible al ojo humano cuando estoy cerca, o quizás tiemble por dentro y por eso sólo yo puedo notarlo. Lo miro y no necesito decir nada porque nuestros ojos a veces dicen más que nosotros mismos.
Hay un código muy íntimo que se respeta y guía nuestro encuentro, ya no hay nada que me diga cómo debo ser y simplemente soy, y para mi sorpresa había olvidado lo que era eso.
No hay pasos a seguir, no hay reglas, no hay nada aunque estemos rodeadosde todo, y simplemente somos. Fluimos con el correr de los minutos y el encuentro es totalmente natural. Dos humanos hablando un mismo idioma que los demás desconocen. Dos seres conectados en medio del caos. Dos personas sintiendo algo que se esconde sobre capas de dolor, miedos, angustias y sobre todo desamor.
Es algo que se percibe en el aire y ninguno dice, ya no me planteo por qué no se habla, intenté averiguarlo muchas veces y todos esos intentos fueron en vano, hay cosas que no necesitan ser explicadas, están ahí y debemos aprender que son parte del todo.
Ahora hay algo más profundo porque decidí entregarme por completo a lo que siento, sin necesidad de que mi mente trate de encasillarlo todo. El sufrimiento viene cuando trato de encasillarlo porque creo que así deberían ser las cosas y me olvido que lo que más me conecta conmigo es precisamente mi don de fluir en ese caos, es ahí cuando brillo y dejo de pretender para disfrutar.
Decidí disfrutar cuando sin querer mi mente dejó de escucharlo en medio de una conversación y me dediqué simplemente a admirar cada movimiento de su boca, de sus ojos y de sus manos. En ese momento entendí lo que había sentido el día que lo conocí, ese encuentro llevaba a esto.
Me llevaba a reencontrarme conmigo y con la plenitud que siento en esas pequeñas pero hermosas conexiones.
Ya no hay palabras, ni explicaciones. De ahora en más todo lo que hay en mí es poesía, ya no hay cadenas, ni sufrimiento, porque como dice papá "el dolor es inevitable en nuestra vida, no así el sufrimiento".
Dejé el sufrmiento atrás y me entrego por completo a este sentimiento que me invade ain saber a dónde me lleva, y es esta misma entrega la que nuevamente deja las puertas abiertas de mi corazón tanto para que entre alguien, como para que salga.

Ya no escucho lo que debería ser, dejo que sea.

Le expliqué con detalle lo que me producía en el cuerpo, le dije que mis ganas de tenerlo son las mismas que me hacen dejarle la puerta abierta. Asumí esta vez estar aterrada del futuro, tanto de uno próspero como del escenario más caótico, pero también le dije que había conectado con una parte que crei que había perdido y sin embargo habita dentro de mí.
Le dije que me encontré conmigo a través de él y eso es lo único que no quiero volver a perder.
La charla terminó con mis ojos llorosos, una frase que no me animo a repetir, y una felicidad inmensa por encontrarme de nuevo en un camino que crei que no volvería a retomar jamás.

jueves, 27 de octubre de 2016

Finally

Hoy puedo respirar y no sentir dolor ni necesidad de tenerlo cerca. Hoy ya no quiero compartir las cosas emocionantes que pasan en mi vida con él. Hoy ya no necesito su aprobación en la decisiones que tomo, creo que hoy finalmente lo saqué no sólo de mi mente sino que también lo expulse de mi cuerpo.
Hoy recordarlo ya no me genera dolor ni nostalgia, ahora es simplemente un mal recuerdo con algunas cosas hermosas. Todo ese amor que creía hermoso y único dejo de serlo y es opacado por el dolor y la paranoia que se generó en torno a eso.
No puedo descifrar cuándo fue el momento exacto en el que pasó, pero sé que hace unas semanas cuando el viento me golpeaba el cuerpo te recordé y una sensación de dolor y rechazo me invadió de pies a cabeza. Ya no podía recordarlo como yo quería, lo recordaba como era. Hermoso y enfermo.
Me enamoré de una imposibilidad y luché para que fuera posible pero en esa lucha perdí más de lo que gané.
Recuerdo nuestras tardes y nuestras risas, pero también recuerdo el dolor y todas las lágrimas que derramé, también todas las veces que tuve que permanecer escondida porque su imagen importaba más de lo que nos estaba pasando y todos los días que se alejaba después de demostrarme amor a cuentagotas.
Y el día que yo ya no pude sostenerlo, me perdí por completo y enfermé tanto como el.
Ya no quería controlar los impulsos y me importaban poco sus consecuencias. Mi amor había empezado a morir porque no estaba, y cuando decidió quedarse ya era demasiado tarde.
Me había lastimado demasiado pero yo no lograba verlo, sentía el veneno dentro pero ese veneno era el que me mantenía con vida dentro del mundo enfermo que habíamos creado.
Es gracias a todo ese proceso de muerte y resurrección que descubrí que cuando dos personas se quieren, no se destruyen. Y nosotros destruimos una relación y en el medio también lo hicimos con nosotros mismos. Bajo esa premisa sólo me queda aceptar que ya no nos amábamos, ya no éramos nosotros. No éramos nada.

Hoy ya no espero que vuelvas, porque no quiero que vuelvas.
Hoy me tengo y me quiero tanto que no podría permitir que te acerques después de haberme desarmado de la forma en la que lo hiciste.

domingo, 7 de agosto de 2016

The end

Esta vez realmente es el final o al menos así lo siento.
Después de tanto tiempo le digo adiós a todo lo que fuí y saco peso de la mochila para llegar con lo indispensable a esta nueva etapa. Me despido de dos hogares, de dos amores, de dolor y de tristezas como cuando Strayed está en el puente de los Dioses y entiende que todo lo que vivió lo eligió y la llevó a ser quien es hoy. Mi monstruo no anduvo conmigo tres meses atravesando el SMP, sino que lo cargué casi dos años para finalmente darme cuenta que seguir aferrandome a la tristeza y a la creencia de que no podía hacer esto sola era simplemente la manera que tenía de seguir en el mismo lugar.
Hoy cambio de lugar tanto físico como emocional y vuelvo a hacer cosas que conectan con quién era antes de quedarme sin amor propio y también me conectan con quien soy hoy y con toda la fortaleza y el amor que crece en mí.
Yo puedo, soy creadora de mi vida y de todo lo maravilloso que en ella pueda pasar. Me quiero y me tengo y aunque hoy llore sobre mis rodillas porque no tengo un hombro al lado para hacerlo, me siento segura de cada paso que doy.
Me despido de esos miedos que me paralizaban, estoy lista aunque no sé si preparada.
No elijo más estar a la sombra porque hoy me abrazo a mi propia luz.

martes, 21 de junio de 2016

That stupid romantic idea of love

No quiero ponerme a contar cuantas veces me desilusioné, ni cuantas busqué desilusionarme, porque fueron muchas.
Hay algo en mí que se rompió para siempre y la estúpida romántica idea del amor murió el día en que me di cuenta que los humanos podemos herir y ser heridos. Podemos herir tan cruelmente que ahora sé que esa estúpida idea es real.
Yo no me enamoro, yo quiero y eso es distinto.
Cuando Jesse le dice a Celine que ella en el fondo también quiere un cuento de princesas también rompe con esa estúpida idea del amor. La vida está hecha de desilusiones y de dolor y sólo nos queda atravesarla con nuestra mejor cara de poker pensando que quizás en algún momento la mala racha se termine y que alguien va a llegar y nos va a comprender. Comprender y acompañar, sólo eso. Porque en definitiva ese es el verdadero amor. Poder ver las miserias de la otra persona y entender que nosotros tenemos las mismas o incluso quizás peores.
Llegar al final del día y poner la canción que más nos guste mientras cocinamos, poder abrazar y decir 'qué bueno que te tengo para que me ayudes a levantarme'.
Si pudieramos ver que el amor se construye de paciencia y cariño podríamos ser un poco más felices. El amor no es algo que se encuentra, es algo que se crea día a día. Y que cuando creemos que se está agotando ponemos lo mejor de nosotros para poder seguir encendiendo esa pequeña llama.
El error está en creer que el amor no es eso y es otra cosa, creer que es un continuo espectáculo de fuegos artificiales que no va a apagarse nunca.
Creo que realmente esta no es una buena temporada para el amor, la neurosis esta en todos lados y la idea del 'felices para siempre' todavía nos hace eco en la cabeza.
Quizás soy una tonta en creer que el amor es una taza de té caliente un diaq de frío, o un apretón de manos cuando sentis que ya no podes caminar más, o caminar horas hablando sin parar de cosas absurdas que nos hagan sentir bien.
Las desilusiones me han golpeado tanto que ya ni siquiera creo en las palabras, sino en los actos.
Es más fácil permanecer acá oculta a exponerme a ser lastimada una vez más, porque como ya dije; yo no me enamoro, yo quiero.
Y es mucho más duro y difícil querer que enamorarse.

martes, 24 de mayo de 2016

Confessions

Me gusta mucho el té con leche y sobre todo si va acompañado de un rico cheesecake.
Me gusta la coca bien fría aunque siempre la reemplazo por la coca light.
De chica mi comida preferida era milanesa con puré. Hoy mi comida preferida es pizza.
No me gusta el sushi por más que me obligué más de una vez a comerlo.
No sé nada de vinos ni de carnes.
Me gusta el vino blanco bien dulce, el champagne y mucho mucho el campari.
No como casi nada de chocolates, me importa poco si estamos en invierno.
No tomo café y tampoco quiero hacerlo.
Me gustan las empanadas de carne que cocina mi amiga Maru.
Me gusta también el guacamole que prepara.
Mis gustos de helado son super simples pero siempre voy a preferir tomar un Melona.
Me gusta comer sandía en verano en cualquier momento del día.
Me gusta mucho el verano en sí aunque de chica prefería el invierno.
Me gusta la cerveza de estación que sirven en Antares.
Creo que mi golosina preferida son los nerds violetas y rosas. También los gummy bears.
Me gusta ponerme medias de colores y tambien remeras con estampas divertidas.
Me gustan las camisas y los zapatos. Ni hablar los vestidos.
Me gusta mi pelo y lo detesto al mismo tiempo.
Me gusta mucho cantar y bailar sin importar día ni hora.
Me gusta que a mi hija también le guste hacerlo.
No me gusta comprar zapatillas ni jeans.
Me gusta caminar y andar en bici.
Me gusta que me hagan reír.
Me gusta pasear.
Tengo un problema con las plant de mis pies pero sin embargo me parecen super lindos.
No me gusta ir al médico y siempre pospongo las citas.
Uno de mis libros preferidos es Tokio Blues, de Murakami.
Me molesta que se me salte el esmalte.
Me gusta generar calma en la gente.
A veces me gusta más el río y la montaña que el mar.
No sé nada de autos pero quiero uno.
Me gustan los perros y también los gatos.
Siempre suelo mostrarle a las personas primero mi parte más chota y luego la más hermosa. Debe ser un filtro.
Soy paciente si siento que debo serlo.
Me gusta besar y que rápidamente me den ganas de ir a la cama.
Me quiero volver a casar y tener otro hijo. Definitivamente quiero volver a formar una familia.
Me gusta mucho hacer karaoke aunque este borracha y no se me entienda nada.
Me gusta que Rick mate zombies.
Me gusta comprar maquillaje.
Me gusta vestirme linda para que me pasen a buscar.
Me gusta que me manoseen mientras preparo el desayuno o el almuerzo.
Me gusta pelear para despues reconciliarme.

Miré tanto tiempo para adentro que ahora puedo decir qué me gusta y qué no. Qué quiero y que no.
Y eso me gusta más que todo demás.

martes, 17 de mayo de 2016

Tu cicatriz en mí

Cuando los ciclos acaban, otros comienzan en simultáneo. Las cosas van desarrollandose de la manera que deben y no de otra.
No existe una manera distinta, pasan como deben pasar.
Desde doblarte el pie en la calle, hasta romper con la persona que amabas. Ambas cosas deben suceder y en este caso el 'if' queda fuera de nuestro alcance.
No podemos volver atrás y modificar actitudes propias y mucho menos ajenas.
Lo único modificable son nuestras acciones de ahora en más. Nuestro pasado nos hizo quienes somos pero no nos ata a seguir siendo de la misma forma, así como nuestro cerebro tiene plasticidad que hace que pueda seguir expandiendose e incorporando nuevas ideas nosotros somos capaces de modificar todo aquello que fuimos, sino no aprenderíamos nunca. Y sin embargo cada experiencia nos modifica.
Tengo a veces un modo muy particular de aislar a las personas o herirlas por miedo a que esas personas me hieran a mí primero. Si le preguntaramos a mi yo de 17 años te diría que no sabe aislar ni lastimar, sino que siempre que conoce a alguien entrega por completo quien es, para bien o para mal. Con los años eso cambió porque las experiencias nos cambian para bien y también para mal.
Hay heridas que son tan profundas que en la superficialidad son imperceptibles, pero están ahí. Y cuando alguien quiera ver un poco más allá, inmediatamente desarrollamos un modo defensivo que impide que no sólo vean la herida sino que tampoco puedan herirnos de ahora en más. Nunca más.
Y así pasan los días y los meses y cuando nos empezamos a plantear los problemas nos damos cuenta que el principal está en esa coraza irrompible que desarrollamos, ya que no sólo impide que nos hieran, sino que también nos conozcan.
Y la pelea constante en el querer empezar algo y simplemente limitarnos a que ya venimos así y no podemos ser modificados.
Cuánto tiempo más vamos a tapar esa herida y meternos en el caparazón solo porque es tan grande que sólo el hecho de mirarla, duele.
No sólo debemos mirarla, sino que también debemos curarla hasta que cicatrice y sea apenas una marca más de las tantas que tenemos y vamos a tener.
Que tome aire, que cicatrice, que cure. Que sanemos.

Con paciencia y amor todos podemos curarnos, pero es momento que simplemente nos rindamos al momento y al trabajo de hacerlo.

jueves, 28 de abril de 2016

Dialogue

Por primera vez dije que voy a callar el bullicio del exterior y a dialogar conmigo misma para escuchar qué quiero y qué siento.
Para que se entienda por qué nunca puedo callar voces tendría que explicarles un poco mi carta astral y la conexión entre el signo Géminis y mi Venus natal. Ya que la mayoría de diálogos y monólogos provienen de ahí y en esa necesidad de contar, hablar y vincular con los demás.
Esta maravilla que es para mi tener la Venus en Géminis que permite hacer tres cosas a la vez, estar en varias redes, tener ideas creativas y a la vez ser muy charlatana y lanzada tiene su contra ya que a veces hablo muchísimas cosas con muchísima gente que quizás es un poco malintencionada o emite opiniones porque obviamente yo les doy el espacio para que lo hagan, y cuando hay muchas opiniones en una cabeza podemos olvidarnos de la nuestra y acá empieza el punto por el cual escribo.
Tengo en algún punto cierta inocencia que me caracteriza, con lo cual siempre creo que la gente viene con buenas intenciones. Big fail.
Es muy difícil para mi creer que a veces las personas tienen problemas y el único modo de comunicarse es hiriendo. Y entonces entrego todo en la mesa y confío cosas que no debería.
Acá el aprendizaje de una Venus en Géminis, aprender a callar. Y aprender a dialogar con una misma.
Si tengo que escucharme hoy tengo cierta certeza de algo que anhelo y también cómo y con quién. A su vez mucho miedo porque ya me lastimaron tanto que no creo poder soportarlo una vez más.
Hoy sigo, pero como buena Venus en Géminis me canso rápido.

domingo, 3 de abril de 2016

80/20 (90/10)

Cuerpo y mente dirigiéndose hacia un mismo lugar, seguros de querer llegar y animandose a enfrentarse con fantasmas propios en el camino y ayudando a que se disipen.
A la vez una pequeña parte todavía quiere quedarse en la zona cómoda. Caprichosa a inconscientemente no dejan ir el dolor como si el dolor me hiciera sentir bien pero en realidad sólo me hunden en un espiral de malos sentimientos y tristeza. Un laberinto.
El error es no sacar el dolor a tiempo de una vez y arrancarlo de raíz. Hoy voy a arrancar esa pequeño punto de dolor que aún persiste, porque tengo ante mi un abanico de posibilidades y me encuentro viviendo situaciones hermosas que voy creando porque decidí que no necesito de nadie que venga a nutrirme porque puedo hacerlo sola. Tengo todas las herramientas para hacerme feliz.

Se terminó el miedo de que todo llegue al fin si no soy quien quieren que sea, se terminó el estado de complacer, de correr por la noche persiguiendo juegos mentales, de creer que esta bien que no me den el lugar que me corresponde, de estar presente siempre peleando con miedos ajenos, de tragarme las lágrimas más de una vez por priorizar las ajenas.
Hoy me cuido, me quiero y me tengo.

Hoy ese veinte se convirtió en diez.

martes, 15 de marzo de 2016

Hi 5

De los terribles dos a los increíbles cinco.
De no saber nada a seguir sin saber nada y aprender minuto a minuto.
De 'te necesito para todo' a 'listo, déjame solita'.

El tiempo y su relatividad. El saber que es poco tiempo y sin embargo mi vida cambió por completo de cinco años para acá.
La experiencia de ser madre sólo puede ser comprendida en su totalidad por otras madres, no hay vuelta que darle. No se le puede explicar a alguien que no pudiste dormir en toda la noche porque el pequeño tenía fiebre, tampoco es muy entendible que no te moleste todas las veces que te vomitó encima cuando largaba el famoso provechito después de tomar la mamadera.
No podes explicar la emoción que sentiste la primera vez que lo miraste a los ojos y te diste cuenta que en realidad nunca nada en el mundo iba a ser igual, porque ahora habias traído luz al universo.
Tampoco se puede explicar que llore mientras recuerdo esto y me emocione. Nunca jamás van a poder entender que nos pase todo esto.
A veces ni yo puedo.

El tiempo se divide entre las veces que tenés ganas de venderlos a buen precio y las que te sentís plenamente orgulloso del ser que estas educando y que no solo adoptan lo que vos les enseñas sino que son muchas las veces que ellos te enseñan a vos.
No se puede medir todo lo que me enseña esta pececita todos los días de mi vida, no se puede medir tampoco el amor que nos tenemos ambas. No alcanzaría el universo.

Si me preguntabas un día como hoy qué iba a hacer al día siguiente, no se me hubiese ocurrido decirte que me iba a convertir en madre. Y sin embargo así fue.
Mañana es el cumpleaños número cinco de ambas, de ella como hija y el mío como madre.
Voy a recordar (más que de costumbre) lo que se sintió verla por primera vez. Voy agradecerle al universo por elegirnos a ambas acompañarnos en esta vida.

Felices cinco, Juana Pez. 🐟

viernes, 26 de febrero de 2016

Love

Love es la serie que relata perfectamente como son las relaciones +25.
Encontramos un lugar donde nos sentimos cómodos los raritos que venimos de algún tipo de relación conflictiva con alguien en particular o con nosotros mismos.

Que queremos y que buscamos en las relaciones es un tema recurrente en mis entradas pero más allá de todo siempre estoy atrás de qué quiero y qué busco.
En este caso Mickey representa muy bien a muchísimas jóvenes. Busca el amor desesperadamente pero en algún momento es más tentador arruinar todo y salir corriendo, porque así uno pierde responsabilidad, y al no sentirnos responsables de algo podemos estar más seguros de que eso corre pocas chances de arruinarse (o arruinarnos), o que en realidad si se arruina, podemos culpar al miedo. (Cuántas veces más vamos a culpar al miedo?)

Más de una vez me encontré diciendo que yo con chicos buenos no salgo, porque no podría soportar lastimar a alguien, cuando en verdad, buenos o no, a todos nos lastiman y todos lastimamos.
Hay unas líneas en el capítulo Andy cuando Mickey dice 'im a piece of shit' y siente que no puede estar con alguien. ¿Cuántas veces nos sentimos así? No sé ustedes, pero yo varias. Y acá llegó al punto en cuestión del cual sí me interesa hablar y va más allá de Mickey y Gus.
Hay un momento después de algunas decepciones amorosas o de alguna en particular en la que sentimos que nunca más vamos a ser amados como corresponde o incluso que quizás nosotros nunca vamos a amar como corresponde. La pregunta es ¿cómo corresponde amar? La respuesta es amplia y depende del criterio de cada uno. No hay una sola manera de amar, pero muchas veces creemos que sí la hay y es tal cual la conocimos en algún momento. Y no, esa manera en particular de amar que tuvimos alguna vez o tuvieron para con nosotros no va a repetirse de la misma forma. Todos somos distintos, y todos nos enamoramos distinto. Nada va a repetirse exactamente de la misma manera, el amor que sentimos a los veinte no será el mismo que vivimos a los quince y mucho menos se parece al amor que vivimos a los veinticinco o a los treinta. Cuando buscamos enamorarnos de la misma forma sólo caemos en decepción y a veces en frustración porque es imposible que se repita tal cual lo vivimos.
Yo una vez me enamoré sin conocer, y una vez me enamoré abajo de un árbol, en otra ocasión me enamoré en las escaleras de una galería (tenía dieciséis) y otra vez me enamoraron acompañandome y queriendome todos los días.
¿Cómo llega el amor? ¿Y en qué momento? En Manhattan Woody se enamora de Tracy al final de la película cuando suma todos esos actos de ella a lo largo de la relación y sin embargo Tracy ya estaba enamorada de él cuando Woody le repetía una y otra vez que no podía ser.
No hay manera de descifrar cuándo uno va a enamorarse y mucho menos de que forma. Hoy en día sin embargo creo que el amor es una cuestión de sumar acciones todos los días y un poco también en pensar que lindo se siente besar a esa persona en particular y no a otra.
También creo que el amor no encierra, sino que te deja la puerta abierta para que seas vos quien decida quedarse. Yo deje de sentirme una piece of shit y siempre va a irme mal, deje de creer que el amor va a venir de la misma forma que vino la última vez, también deje de pensar que los momentos y las situaciones pueden ser lindas de una determinada manera y me abrí a disfrutarlas de otra.
Una relación es un lugar al que vamos a descansar y sentirnos bien. Dejar ir la idea de lo que nos hicieron o hicimos a los demás en relaciones pasadas. Soltar la idea establecida de quiénes éramos en esa relación y sentirnos bien simplemente siendo. Nada es color rosa, pero tampoco todo es gris.
Vivimos muchas veces bajo una ilusión de que todo debe ser perfecto, y no, las relaciones no son perfectas porque los humanos no lo somos. Cuando entendemos esto, crecemos.
No vivimos en una comedia romántica inteligente y moderna, pero sí podemos crear momentos que sean dignos de filmarse.
Deberíamos animarnos de una vez por todas a crear esos momentos magníficos e irrepetibles.

jueves, 11 de febrero de 2016

Salvatore

Debí despedirme en el momento correcto pero en el momento correcto creo que apenas podía respirar.

Era la última semana de Noviembre y ni yo sabía que iba a ser tan dura y difícil de atravesar como resultó.
Vos estabas en Buenos Aires y habíamos arreglado para vernos, pero mis horarios eran complicados así que hiciste una especie de berrinche virtual cosa que era normal ya que yo te consideraba un hombre bastante caprichoso, y vos sabías que yo también lo era. Incluso ese último jueves había un poco de recelo pero pensé que te ibas a ablandar con los días y en el próximo viaje íbamos a seguir con nuestras charlas como de costumbre.
Siempre tuvimos una relación muy fluida, tranquila, íntima y cómplice. Yo no necesitaba gritarte en las redes para que todos vieran como me hablabas, éramos sólo nosotros dos en esta amistad y no había espacio para nadie más. Nadie nos habría comprendido si intentábamos explicárselo, así que lo dejamos para nosotros.
Virtualmente éramos bastante compañeros, si estabas a las corridas en Nueva York intentando conseguir un taxi para llegar a una cena de Thanksgiving, yo estaba en el taxi con vos. Si estabas a almorzando entre vuelo y vuelo donde debías hacer trasbordo, yo también estaba haciéndote compañía. Y a veces en medio de sesiones extensas de trabajo te musicalizaba.
En la ciudad del mundo en la que te encontraras, siempre había una charla o anécdota de alguna parte, podías contarme desde la cena familiar hasta las mujeres con las que querías acostarte en las noches siguientes. Transparentes y cómplices.
Escorpión mío, más que mío eras del mundo y el mundo te pertenecía en su totalidad. Lo mismo me enseñaste a mí, me enseñaste que las personas no les pertenecemos a nadie sino que elegimos un lugar y allí nos quedamos por propia voluntad.
Nos quedaron ideas, charlas y encuentros pendientes. No entiendo como la vida puede darse el lujo de quitarnos a una persona tan maravillosa como vos.
Te lloré y te hablé en sueños durante varias noches. Llevo un pedacito tuyo dentro mío hasta el día que me toque irme y acompañarte en algún bar del más allá.
Cuando te conocí, me liberaste. Y cuando te fuiste me enseñaste lo luminoso que podía ser todo.
Voy a ser feliz y a disfrutar, voy a animarme a hacer cosas hermosas, voy a ser del mundo y el mundo va a ser mío.

Hermoso Salvatore, te voy a extrañar siempre.
Agradezco que hayas sido parte de mi vida, una parte irremplazable. Y por haberme hecho sentir maravillosa desde el primer momento.

Nos vemos en nuestra próxima vida, Migue.