viernes, 17 de julio de 2015

Salvaje

Qué elegimos y qué nos elige? Acaso ya está todo escrito de cómo deben sucedernos las cosas o cuándo?
¿Será que las cosas finalmente llegan cuando realmente nos sentimos listos para recibirlas? ¿Será que no podemos saltearnos los pasos?
¿Será que la liberación y el cambio empiezan por dentro y después se manifiestan en nuestra realidad?

En verano mi ex me regaló una película que me enamoró desde el comienzo y me pidió que la mirara sola, pero que la mirara. Ahí conocí a Cheryl y he visto una y otra vez esa película, imaginanco cómo había sido su lucha interna por volver a ser quién era, por liberarse de cualquier fantasma que buscara destruirla, o que ella buscara para destruirse.
Hace un mes y medio, me regaló el libro y un ramo de flores porque me había visto bastante triste. Era mi oportunidad de realmente saber cómo había sido el viaje de Cheryl atravesando montañas y bosques hasta llegar a su destino, que era ella misma.
Abandoné lecturas varias en los últimos meses pero a Wild no quería abandonarlo. Quería devorarlo, pero sabía que no podía hacerlo. Me había desacostumbrado a leer y sobre todo, a guardarme tiempo para leer. Así que empecé a pasos de bebé a leerla. Acá es cuando me pregunto si yo elegí la lectura o la lectura me eligió a mí. De alguna manera tenía que ver esa película y sentirme parte, como si yo me encontrara en cada exceso. Y no había forma de que no leyera el libro, las dos acciones estaban unidas
.
Últimamente creo que todo es apropósito, lo bueno y lo malo. Y ni siquiera sé si dividirlo en bueno y malo. Todo es simplemente una serie de eventos que parecen organizados de tal forma por el universo para finalmente entregarnos y dejar de pelearnos con nosotros mismos.
En fin, el universo y yo queríamos que llegar a Cheryl y queríamos llegar a este libro y a esta historia que me atrapó desde el comienzo. Caminé con ella desde que apenas podía mantenerse en pie con Monster hasta llegar al Puente de los Dioses donde por fin terminaba su andadura y comenzaba una nueva, porque claramente uno nunca deja de andar. Simplemente cambia el paisaje.
Sentía que me iba liberando con ella a medida que iba avanzando hoja por hoja, y que iba a soltando a medida que ella lo hacía.
Hoy me siento mejor y no sólo por haber leido un libro, sino por haber entendido que las cosas no podemos cambiarlas, pero sí podemos aprender de ellas para no repetirlas.
Mi vida también era salvaje y tal vez de cierto modo lo es, pero no es mi vida la que me domina a mí, sino que soy yo quién elige la vida que quiere vivir.


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